Donde vivo
Me amanece desde el Caribe
Detrás de la cumbre, desde abajo,
el sol proyecta con sus rayos
en la bruma, en el cielo,
el perfil del Guaraira Repano.
El resplandor del mar y el verde
se degradan en sus flancos
El ojo de Dios sobre la pirámide
El magnetismo de la tierra
echando rayos
Chispas en la punta.
La montaña sagrada donde arde la zarza
Donde se asignan mandatos
Son imágenes que guardo
El sol me es cruzado
por una bandada de cotorras
que hizo escala en la terraza
del edificio donde queda
lo que llamo mi casa
Me parece un buen presagio
Salgo y por si acaso
me encomiendo al Dios que mira
a Caracas, algunas mañanas
A responder anuncios de trabajo,
de antemano, a otros reservados
Puestos para generar tráfico
Vender periódicos
Calmar a los gobernados
Hace rato el río humano
fluye por las arterias de la ciudad
La sangre que corrió por Guaicaipuro y Chacao
La de sus descendientes
La que llegó de otros lados
Hace rato se persignaron
Antes de salir para el trabajo
El estafador y el estafado
El patrón y el empleado
El criminal y la víctima
Los habituales y los recién llegados
Todos los que aún estamos
En el ascensor, frente al espejo
Una chica bella afila su peinado
Y su sonrisa.
Busca empleo, marido, novio o lo que sea
Hoy tiene prisa
En un abasto
bajo un toldo Azul y blanco
alguien acomoda mangos.
La parte magullada abajo
Creo que le quitaré a mi CV
Unos tres o cuatro años.
Parece que será otro día normal
En la ciudad donde vivo
Vigilado por un ojo que emite rayos
Que pesar de algunas nubes y pájaros
En todo momento
Ve todo
Desde todos a lados
Probablemente lo mismo pasa
en todos lados
Aunque sin montañas tan bellas
Y sin desayunos de cachapas
con queso de mano
y jugo de mango
VABM Jueves, 26 de Julio de 2007
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