Cómo defenderse de las empresas gringas
El sistema gringo es muy sencillo: los empresarios financian a los políticos, y los políticos hacen las leyes y toman las decisiones que favorecen a los empresarios que los apoyan.
Nadie puede ganar elecciones sin el financiamiento de los empresarios, y ningún político vive solo del sueldo del cargo para el cual ha sido elegido.
Eso no es legal, pero es normal allá y está tan extendido que nadie delata o acusa a nadie porque habría que meter en la cárcel a casi todos los políticos.
Hay dos partidos principales que ganan siempre en todas las elecciones y compiten para darle poder político a los empresarios de los diferentes sectores: banca, armas, agricultura, minería, petroleó, manufactura, servicios, etc.
En este momento los empresarios fundadores ya no existen y sus herederos vigilan sus intereses mediante fundaciones casi anónimas.
Hay casas de inversión abiertas a los aportes de quienes desean obtener una pensión cuando se retiren, y los sindicatos de trabajadores invierten los fondos aportados por sus miembros en las acciones que manejan dichas casas.
Esto nos deja con una industria y unas finanzas dirigidas por unas casi desconocidas juntas directivas que le reportan a otras también casi desconocidas juntas directivas que administran los fondos de los herederos y de las casas de inversión.
Los de mayor rango son muy bien pagados, pero ya no son los “capitanes” de industria de antes, sino tan solo empleados.
Cuando un empleado o político pagado por una empresa debe tomar una decisión, sabe que si no toma la que le parezca más beneficiosa a los empleados de las juntas directivas de las empresas que son accionistas, algún otro colega está esperando su turno y empleo para tomarla él. Esto ha producido una clase asalariada tecnócrata despiadadamente amoral que actúa casi anónimamente y que está dispuesta al saqueo de los recursos naturales, la explotación de la mano de obra, y a la guerra limitada para la obtención de estos recursos sobre todo en los países de la periferia.
Esto añadido a su doctrina militar que da preferencia al bombardeo de civiles hace imprudente cualquier desestimación de la peligrosidad de las empresas gringas.
Los medios de información, cultura y entretenimiento son empresas que viven de la publicidad que le hacen a los productos, servicios de otras empresas y los políticos que estas financian, y jamás van a ir en contra de los intereses de sus anunciantes.
Los usuarios de dichos servicios informativos y de entretenimiento cada vez pagan menos por ellos, porque los medios se disputan el público.
Se han concentrado en tres grandes grupos, todos compitiendo por ser el más objetivo e imparcial, pero a su vez él más patriota.
La opinión pública es un mito, casi divertido.
El complejo industrial militar gringo es financiado por el estado y es la incubadora de los proyectos de innovación tecnológica, así por ejemplo el desarrollo de un nuevo producto militar (avión, tanque, computador, radar, virus, Etc.) paga el desarrollo de los productos “civiles” de las mismas empresas (aviones de pasajeros, autos, computadoras, radares, vacunas, Etc.)
La mayor parte de la industria gringa esta relacionada de alguna manera con lo que ellos llaman la industria de la “defensa”.
Allá las funciones de un banco central, las lleva un banco privado que se llama la Reserva Federal que emite el dinero y fija las tasas de interés a los demás bancos para controlar la inflación y la devaluación del dólar.
Casi nadie sabe quienes son los dueños de la Reserva Federal pero son los mismos que son los dueños de los bancos más grandes y quienes la dirigen también solo son empleados.
¿Cómo se emite el dinero?
La Reserva Federal crea bonos y dinero, que el gobierno, los demás bancos y los inversionistas reciben como préstamos.
Ahora bien, el gobierno nunca le ha pagado completo ningún crédito a la Reserva Federal, ni se los va a pagar todos jamás y actualmente le debe más de sesenta millones de millones de dólares.
¿Entonces por qué no se devalúa el dólar?
Todos sabemos que es porque la mayoría de las transacciones del comercio mundial se hacen en dólares, porque quienes compran materias primas y venden productos son empresas gringas, y porque el mercado más grande está allá. Pero principalmente porque el poder político, militar, informativo, cultural, y financiero también está allá.
¿Por qué?
La razón geográfica es el aislamiento casi inexpugnable del continente americano, para ellos es vital mantener ese aislamiento y el caso de Cuba lo demuestra, así como su oposición ante todo gobierno ni siquiera contrario sino independiente de sus intereses en lo que ellos consideran es su patio trasero en el sur.
La Alemania nazi tenía objetivos rusos y nunca se planteó realmente una invasión a las islas británicas y mucho menos al continente americano.
El imperio japonés tenía como objetivos finales a China, India y Australia, pero su prioridad era expandirse a las materias primas indonesias y controlar la mayor cantidad posible del Pacífico y el Índico.
Así que durante el siglo XX los gringos fueron aislacionistas o intervencionistas a su conveniencia en las guerras mundiales y utilizaron sus recursos naturales y la migración para prepararse antes de intervenir en las guerras, le arrendaron equipamiento militar a los nacionalistas chinos, los ingleses y a los soviéticos y después se quedaron con las colonias de los imperios europeos y el japonés en Asia y África, democratizándolas a su manera (apoyando burguesías locales importadoras y parasitarias que cuiden sus intereses) pero les quedó fuera de control el área de influencia soviética y de la China comunista.
Casi todas las guerras de la segunda mitad del siglo XX y lo que va del XXI son guerras mediante interpuestos entre los gringos, los chinos y los rusos, claro uno que otro intento nacionalista rápidamente reprimido.
Estas guerras ocurren cuando algún interés de alguna empresa gringa le hace justificable el uso militar, ya que el diplomático, informativo o cultural del estado gringo no le ha dado los resultados deseados y utiliza los recursos políticos de que dispone para hacer que su estado lo ayude militarmente.
Los políticos que paga una empresa hacen el trabajo por el que son pagados y dirigen su estado hacia la satisfacción de las necesidades de apoyo militar de los empresarios que los financian.
¿Quién representa al ciudadano gringo y protege sus intereses?
Supuestamente no hace falta nadie, porque si los políticos defienden bien los intereses de la empresa para la que trabaja o para el sector en el que se desempeña, el gringo tiene sus intereses bien defendidos por los políticos.
Es probable que un gringo ni siquiera sepa por qué le es conveniente una guerra para asegurar el suministro de una materia prima y si lo llega a saber le va convenir más quedarse callado y disfrutar el beneficio.
Claro que lo que es bueno para las empresas petroleras no necesariamente tiene que ser bueno para la agricultura o la manufactura pero hasta ahora han encontrado un equilibrio entre los intereses de los diferentes sectores productivos.
Hay dos temas en los que puede haber conflictos en ese arreglo: la guerra directa entre las potencias y el desempleo.
Una guerra para delimitar las fronteras de las potencias genera empleos y si son los intermediarios o los mercenarios quienes ponen los muertos, el gringo corriente ni siquiera se va a interesar por saber el nombre de la capital del país donde ocurre la guerra, pero en una guerra total de devastación nuclear, los misiles podrían llegar al continente americano, y aunque ellos han rodeado a Rusia y China de misiles y sistemas de alerta, un solo misil intercontinental que de en el blanco ya sobrepasa el nivel de pérdidas aceptables para un ciudadano de un país nunca ha sido bombardeado.
Las guerras limitadas generan empleos, las armas se dan a crédito a los intermediarios y todo mundo sabe que no las van a pagar si pierden y si ganan les van a dar otro crédito para que reconstruyan lo que les quede de país, y además la innovación tecnológica y las fábricas se quedan con los gringos.
Hay dos temas que afectan al empleo de los gringos:
Primero es que ellos son más caros y por lo tanto los empresarios van a preferir usar mano de obra más barata de otros países y van a tratar siempre de importar mano de obra, es decir que van a ser más favorables la inmigración a tercerizar y a la maquila para eludir a los sindicatos.
Y la otra es la automatización y la robótica, que favorecen la exportación de fábricas hacia países con impuestos más favorables a ellos. Siempre van a haber gobernantes dispuestos a rebajarle los impuestos a los empresarios de manera que por más que la automatización haga más productivo al gringo, los empresarios van a hacer siempre sus fábricas en países con impuestos más convenientes.
En resumen el gringo corriente solo se preocupa por la guerra nuclear, por la inmigración, y las barrearas a la importación de productos.
Algunos políticos les prometen defenderlos en esos temas, pero como son pagados por los empresarios, realmente no pueden, y muy probablemente ni siquiera quieran, defenderlos, así que los ciudadanos están indefensos ante la inmigración, la perdida de puestos de trabajo por la exportación de fábricas y la guerra nuclear.
El marxismo esperaba la unión internacional entre la clase asalariada, pero la relación que existe entre los empleados de una corporación mundial hace que estos no se identifiquen como clase ya que desde el presidente hasta el más reemplazable contratista, todos son asalariados, su sentido de pertenencia tampoco es hacia su nacionalidad, su conveniencia es su permanencia en la empresa y su bienestar depende del bienestar de “su” empresa.
¿Entonces cómo puede un país pequeño defenderse de un ataque de una empresa gringa?
Claro que es recomendable tener armas, saberlas usar bien y estar dispuesto a usarlas, pero no es con guerras ni huyendo hacia el monte para hacer una guerrilla como se debe confrontar a una empresa gringa, porque enfrentar a las empresas gringas con armas puede terminar beneficiándolas. Afortunadamente hay competencia y no se toleran los monopolios, así que lo mejor que se puede hacer es investigar y hacer público con nombres, apellidos y pruebas a las empresas y sus políticos, y es probable que otras empresas competidoras en el mismo sector o en sectores que puedan ser afectados negativamente por el accionar de esa empresa estén dispuestas a invertir en sus políticos para evitar que logre sus objetivos.
Sobre todo es muy importante evitar que puedan actuar anónimamente.
Evidentemente la solución final es la creación de mercados mediante la unión de países pequeños, pero esa unión además de económica y política debe ser militar y preferiblemente con capacidad nuclear, lo cual solo está al alcance de pocos países.
Li Tao Po
VABM 29/Sep/2023
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