viernes, 8 de julio de 2022

La roca negra




 La roca negra

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La roca sobresale en la arena del desierto, afilada por el viento, pulida por la arena, sin ansiedad espera algo que desconocemos, pero que sospechamos va a afectar a la humanidad entera.

Hay quienes la llaman sonda, hay quienes piensan en antenas cuando se refieren a ella, la explicación oficial es que es un meteorito. Las tribus nómadas la reverencian, como se debe reverenciar lo que duerme y a la vez vela, lo que es antiguo y de origen noble, lo que es poderoso, y todo lo que está por encima de nuestra rutinaria miseria.

El signo de sus dueños, las cicatrices de su paso por nuestra atmósfera, las quemaduras de los rayos, y las fallidas marcas de quienes quisieron dejar constancia de que estuvieran al lado de ella, marcan, desfiguran y afean la simetría de su imposible tetraedro perfecto.

Su debut en la historia escrita es un jeroglífico de la segunda dinastía que es un ojo en el cielo.

Varios faraones la quisieron atesorar, pero todas las expediciones que trataron de sustraerla del desierto fracasaron, los pocos enloquecidos expedicionarios que regresaron repetían los mismos sueños. Una estrella muere, una inmensa pulpo hembra disemina sus huevas.

Un desarrapado pueblo que siguió a un renegado príncipe egipcio en la búsqueda de tierra cultivable al otro lado del desierto no hizo crónica de su paso cerca de la piedra del rayo porque todos sabemos que su Dios está en el cielo y todo lo ve.

Un conquistador griego se desvió de su ruta hacia el fin del mundo para buscarla, no la vio a pesar de que le pasó cerca, sabemos que sus augures interpretaron su sueño de un ojo en el cielo como el presagio del éxito de sus esfuerzos.

Treinta años antes del año cero de nuestra era un batallón de legionarios romanos comandado por un general que era loco y excelso poeta, que no había podido encontrar la ruta de salida del desierto a pesar de que tenía varios navegantes expertos conocedores de los caminos de las estrellas, al fin la encontró, después que su general ordenó que les sacaran los ojos para que se guiaran solo por sus presentimientos. Esa salvadora idea se le ocurrió después de múltiples libaciones en honor a Baco al lado de la roca.

En el siglo tres de nuestra era el jefe de una herética secta explica que la roca va a anunciar algo cuando detecte un evento. El imán que lo condena a la decapitación, manda también a borrar el nombre de su familia del libro del censo de los fieles, y ordena que el pergamino donde narró sus sueños sea quemado en una pira de incienso.

En el siglo ocho un califa que también era poeta le escribió unos versos en su poema secreto (que solo debe ser leído por los iniciados en el estudio del alfabeto del cielo) que trata del para qué del universo.

Creo que fue en el siglo once que un batallón de cruzados perdidos en el desierto encontró indicios del regreso del redentor cerca de la roca.

En el siglo dieciocho un emperador europeo la requiere para un museo en el centro de la capital de su imperio, pero las tribus nómadas que aún la protegen solo permiten que regrese un legionario, a quien le han cortado la lengua, a atestiguar que la roca tiene dueños.

En el siglo diecinueve un explorador inglés adicto al opio y a la poesía escribe sentado a un lado de la roca un poema de sesenta y cuatro hexámetros titulado Kosmos que nunca ha logrado interesar a ninguna editorial, pero que cuyo manuscrito puede ser disfrutado en una biblioteca en Oxford.

En el siglo veinte un emir permite que una expedición geológica anglo holandesa haga prospección petrolera en la zona donde está la roca con la condición de que no se acerquen a ella. Su familiar lejano que comanda el batallón que protege la roca se recuesta un rato en ella e imagina un poema que le garantizaría el cielo, pero como cree que los que aspiran al generalato no deben escribir poesía, lee a gritos el libro del mundo, hasta que lo logra olvidar.

Durante una de las muchas guerras que han asolado la zona de la roca ha sido demostrado que las municiones antitanque rebotan en la roca.

En la dark web alguien vende las coordenadas de la roca, dice que en Google maps sus guardianes han subido fotos y que hasta hay streetview.

Un día de estos le voy a escribir un poema.

Li Tao Po

VABM 8/Jul/2022

https://riistas.wordpress.com/2022/07/08/la-roca-negra/

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