lunes, 6 de octubre de 2008

Yo, Ese.

Yo, Ese.


Ese: Cuyos vicios pago, sufriendo los estragos.

Ese: De cuyas necesidades reales, soy el amo.

Ese: Que me mira como extraño, cuando nos afeitamos y no me saluda, en el espejo del baño.

Ese: Que nunca se cansa de fumar, ni de buscar problemas, con las autoridades oficiales. Pero según él: Artificiales, banales y temporales. Como lo es la basura, que se almacena en los sótanos de los bancos.



Ese: Que se olvida de mi todo el día, mientras busca trabajo, negocio o lo que sea.

Mientras busca dinero, para gastarlo sin previsión, en sus necesidades imaginarias.

Mientras busca tiempo y temas, para llevarme al parque, a pensar poemas.

Ese: Hoy me ha mirado preocupado. Ya estoy medio centenario.

Pero yo le he asegurado que estamos, hace rato intoxicados, por un montón de cosas más venenosas, que el orgánico tabaco.

Que ya estamos acostumbrados a intoxicarnos, respirando los humos altos, de los burócratas, que frecuentemente tratamos.

VABM 06/10/08.

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