jueves, 5 de junio de 2008

El signo del jaguar

El signo del jaguar




Puesto a elegir el método de su muerte, Emeruc hijo de Aruc, Hijo de Ruc, Hijo de Ca. Imploró ser alimento de jaguar, preferiblemente en una competencia de filos y habilidades, entre su cuchillo favorito y las garras y colmillos de varios de ellos cautivos, hambrientos y molestos.

Pero ese honor le fue negado por su conquistador y fue degollado por su verdugo, su carne fue leña en una fogata, que fue casi un altar del Dios de la guerra de los visigodos.

Su muerte fue muy parecida a sus sacrificios, a los muchos por él ofrecidos. Tengo entendido que su Dios le fue apático esa vez, como casi siempre.

Conozco el signo de Emeruc, que es el de su clan, que es el del jaguar. Lo he visto en muchos de ellos, en varias palmas, algunas piedras y en las pieles de los cazadores de su pueblo.

No sé porque seleccionaron esa mancha en especial. Aquí la reproduzco.

Hay quienes ven en el signo del jaguar un cráneo o una cara. Hay quienes dicen que es también el signo del 100, del exceso, de la belleza y del asombro.

Algunos expertos lo traducen Yemeruc, que significa el pueblo del jaguar.

Quizá todos tengan razón.

El tigre tiene varios signos, mi favorito es uno Birmano hecho con varias rayas que complementan las formas de las más altas hierbas, de una pradera reseca.

Algunos dicen que un signo Birmano del tigre y otro de la pradera reseca, forman una rueda cuando se sobreponen. Una rueda roja-amarillenta-sólida-con-manchas-negras, como el signo del sol en algunas mitologías modernas.

En varias sociedades el tigre, el leopardo y el jaguar comparten el signo de la garra manchada.

La garra sangrienta es la insignia venerada por alguna gente violenta.

La garra acolchada, la que flota sobre la hojarasca seca, es preferida por alguna gente sigilosa. Que se oculta detrás del signo de la manita de una minina doméstica.

Creo que se habrá notado ya, que es evidente que me gustan más los glifos que las letras.

No tengo nada en contra de los depredadores, de hecho me parecen más bonitos, trágicos y merecedores de cuidados, que la mayoría de las presas.

Creo que todas las criaturas tienen su lugar en la escala alimenticia, me parece muy divertida la escalera donde siempre se pone al ser humano por encima de las demás criaturas, que son todas al final sus presas.

En realidad la imagino no como una escalera sino como una cascada de mesas. Como mesas que tiene servidas mesas, que tienen servidas mesas... Etc.

He oído y visto en varios documentales televisivos, que los depredadores mejoran a las poblaciones de presas eliminándoles las criaturas más débiles, las menos alertas, las más confiadas, las más lentas. Y he estado de acuerdo.

Creo que hasta los carroñeros también tiene su lugar en mi montón de mesas sobrepuestas.

En mi zoología personal, hago constar de antemano mi ignorancia, los predadores son un grupo pequeño, especializado y privilegiado, que depende de los animales de presa para su alimentación.

En mi sociología personal, hago constar de antemano mi ignorancia, la realeza es un grupo pequeño, especializado y privilegiado, que depende de la plebe para su alimentación.

Emeruc fue rey de una tribu. Cazador y privilegiado. Casi como jaguar, en mi muy personal ciencia política. Que dependió de los animales de presa y la plebe para su alimentación.

Su conquistador fue un patán que siguió siendolo durante el resto de su corta vida, a su regreso, al reino en el que fue anónimo plebeyo.

El nombre de su verdugo nunca fue escrito por completo.

Me gustaría escribir un cuento breve en el que el enfrentamiento entre dos reinos y dos sacrificadores sea solo una fase de un juego que se juega también con conchas de vieira. Algunas de ellas marcadas con un glifo que significa lo excesivamente bello para ser cierto. Que se multiplica en las palmas, los jaguares y las pieles de algunos guerreros.

Me gustaría escribir un librote gordote sobre excelso(a)s que descubren de repente su vulgaridad en un definitivo y luminoso momento.

Sobre rapaces convertidos en presas instantáneamente.

Sobre las sorpresas que da la escalera evolutiva o mis mesas sobre mesas, sobre mesas... Etc.

Sobre privilegiado(a)s despojado(a)s de sus privilegios, sean estos adquiridos o no por sus propios méritos, en un brevísimo momento.

Pero creo que nunca voy tener ni el talento, ni el tiempo :-)


VABM 04/06/08

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